SOLTAR Y CAMINAR LIGERO POR LA VIDA
¡La de veces que he querido dejar atrás algo y no sabía cómo hacerlo (recuerdo emocional, forma repetitiva de actuar, pensamiento recurrente…)! Buscaba por internet y fuera de internet, preguntaba a sabios y «no sabios» (lo entrecomillo porque creo que todos lo somos y solo a algunos les concedemos el rol)… Todo y todos me conducían al término SOLTAR. Y yo pensaba…y preguntaba ya…y ¿eso cómo se hace?. Como no recibía muchas repuestas concretas, seguí buscando hasta que he encontrado mi forma más efectiva y saludable de soltar.
No existe una única forma de soltar. Las personas tenemos formas diferentes de hacerlo en función de nuestras preferencias personales o patrones habituales. Por ello he aquí algunas de las formas de hacerlo que he probado y me han funcionado. Eso si, antes de adentrarnos en ello, me gustaría aclarar y matizar que
Soltar en un proceso que se desarrolla soltando conscientemente
Es decir, que soltar puede aparecer mentalmente como una necesidad o voluntad, aspecto clave dado que siempre que queremos cambiar algo primero tenemos que darnos cuenta de ello o lo que es lo mismo, detectarlo con lucidez mental.
Una vez observada esta necesidad y aceptada o comprendida, podemos empezar todo un proceso que como tal llevará fases de «sensación de avance» y fases de «sensación de retroceso». ¿Por qué es una sensación? Porque en el proceso todo vale, todo paso es una pista de por dónde SI y por dónde parece que NO.
Después de esta aceptación mental comenzamos la práctica consciente de formas y prácticas variadas de soltar que a cada uno nos servirán en mayor o menor medida según, como a tes decía, nuestra forma preferida de caminar por la vida.
¿Qué puedes / podemos hacer conscientemente entonces? Estas son solo algunas prácticas:
- Dedicar un espacio de tiempo durante algunos días a observar la situación y despedirnos de ella agradeciendo lo que nos ha aportado. Puede llamarse honrar el pasado o agradecerlo simplemente.
- Buscar un objeto que nos recuerde o refleje lo que queremos soltar y después de abrazarlo o acariciarlo lo guardamos en un lugar que nos resulte agradable aunque no tenga que estar a la vista.
- Detectar el pensamiento que necesitamos soltar y cuando surge acompañarlo en cuanto podamos de otro pensamiento, en este caso más consciente, de cómo y qué queremos pensar. Por ejemplo, si te «persigue» la idea de que eres torpe cuando rompes algo, puedes decirte «solo ha ocurrido X».
- Podemos simplemente observar ese pensamiento y emoción (o sensación física de ello) y dejarlo pasar. Esta práctica suele resultar más sencilla cuando hemos entrenado la Atención con algún tipo de herramienta como por ejemplo meditación o Mindfulness.
Lo que dejo para el final porque para mi ha sido y es la forma más efectiva de soltar es RESPIRAR CONSCIENTEMENTE EN ESE MOMENTO y así darme cuenta de la sensación en el cuerpo de la respiración, con lo que la mente descansa y practico e interiorizo el hábito de dejar atrás algunas vivencias. Se trata de darte cuenta de lo que te sucede y llevar la atención al cuerpo, a la sensación, que como aprendemos con la práctica Mindfulness, es lo que está más presente (los pensamientos y sensaciones vienen o van) y lo que te coloca en la vida, en lo que está sucediendo en lugar de en aquello que la mente trae a ese momento.
Esta práctica ayuda a aprender a observar posteriormente esos patrones. A verlos desde la distancia y así conseguir que no sean ellos quienes nos movilicen sino que seamos nosotros quienes conscientemente nos movamos por la vida.
Si quieres caminar más ligero, respira, suelta, párate y confía.
Deja tu comentario