SALTÓ EL AUTOMÁTICO
Esta entrada pertenece al blog de mi web de mi actividad profesional general www.implicando.com. La quiero retomar aquí por su relación con Mindfulness. Si quieres leer otros post sobre cómo actuamos las personas puedes hacerlo en el blog de dicha web.
«Una mañana tranquila: desayuno con más tiempo porque no tengo un lugar y hora a donde ir, elijo el ritmo en función de mi estado emocional de esta mañana, elijo un desayuno más elaborado, … y poff, al encender la cocina se saltan las luces. ¡Ha saltado el automático! (¿recordáis esta expresión?).
Después de manipular el diferencial veo que no consigo que vuelva la luz…curiosa metáfora de la vida… como no se qué ocurre, no consigo que vuelva la luz… Como decido esperar y consultar con una persona por el funcionamiento de mi sistema, elijo también pasar una velada nocturna o una noche entre velas. Y ese sencillo cambio, estar sin electricidad, me ha hecho ser más consciente de todos los automatismos que arrastro todavía.
Porque, y ahí observé lo curioso del funcionamiento de nuestro sistema orgánico: mi mano derecha tenía una linterna, por lo que mi cerebro era consciente de ello, pero a la vez, cada vez que me dirigía a una estancia de la casa….¡la mano izquierda iba ella sola de forma automática a cada interruptor! No le doy la orden consciente, pero ella actúa “sola”.
Esto me ha llevado a pensar: la de actos, emociones y pensamientos que se producirán sin que nos demos cuenta… de forma que nos metemos en las experiencias del día a día con una especie de “cojera inconsciente” y, lo que a veces es pero, creyendo que caminamos “bien”.
¿Cuándo elegimos esos actos, emociones y pensamientos? Porque los primeros condicionan los siguientes… así que ¡lo que sucede, cuando se vive desde el inconsciente, condiciona toda nuestra experiencia vital!
Si aplicamos esto a las situaciones de cambio a las que estamos expuestos (hábitos nuevos, habilidades a incorporar, procesos innovadores o al menos distintos…) nos topamos lo primero de todo con nuestra propia barrera: que tenemos automáticos – automatismos y que en general ni sabemos que los tenemos…
Claro está que son necesarios para poder vivir, e hecho si están en nosotros es porque tienen o han tenido una función. ¿Os imagináis tener que ser consciente de cada orden que damos al cerebro para andar, hablar, moverse…?
Así que podemos decir que aquellos automatismos que desarrollamos en situaciones de previsibilidad alta (si muevo el pie y lo levanto camino, si piso el freno voy más despacio…), pueden ser y son beneficiosos, pero comienza a ser un problema, desde mi punto de vista, en dos situaciones: cuando en situaciones de previsibilidad alta necesito estar algo más atento (conducir, caminar en una ruta con altura y riesgo…) y cuando hay algo que no me gusta en mi vida que quiero cambiar y no se la causa… (porque al ser automática bien la acción, emoción o pensamiento que me lleva a las consecuencias desagradables, no consigo detectarlo y pararlo para poder elegir otro que me lleve a resultados distintos).
Por ello se escuchan cada vez más las palabras “conciencia” y darse cuenta…. En un mundo cambiante como el que vivimos cada vez empieza a ser más necesario ser consciente de lo que hacemos, de los automatismos que tenemos y así poder tomar decisiones más adecuadas o adaptadas a los nuevos entornos y que nos lleven a resultados mejores.
Entonces, ¿cómo puedo darme cuenta de los automáticos? Realizando de forma consciente justo todas aquellas actividades que suelen ser automáticas: vestirse, peinarse, comer, esperar a alguien… haciendo de forma atenta y consciente estas tareas Es decir, podemos ir dejando que la conciencia entre en nuestra vida de una forma amable, como un observador amigo que en la medida en que yo le de espacio irá también dándose cuenta de lo que pienso, siento y hago y así los efectos que tiene.
Sólo dándonos cuenta de los patrones que tenemos podemos empezar el camino a la libertad y responsabilidad plena, porque podremos elegir nuevas conductas o al menos hacernos cargo de las que tenemos instaladas.
Así que te invito a cazar pensamientos, captar emociones, parar para observar patrones…. Ahora, por ejemplo, que estás terminando esta lectura, que animo a que pares, conectes con tus emociones, las sensaciones corporales y pensamientos que te acompañan y respires para iniciar la siguiente tarea con conciencia».
Deja tu comentario